sábado, 27 de septiembre de 2008

el juego

Mis amigos trajeron lo de siempre, un montón de latas de cerveza, vino, tinto y rosado, chuletas, salchichas y hamburguesa, de postre variedad de pasteles, música y varios juegos de mesa, era el cumpleaños de una de las del grupo y habíamos quedado todos para celebrarlo, esperábamos a la homenajeada que vendría con el novio para poder empezar a planear la fiesta.

Se me acercó mientras trasteaba en la cocina, una amiga de otra de las amigas, supe que se llamaba Claudia por que la llamaron un par de veces a gritos mientras se acercaba pero Claudia les ignoro, mientras se acercaba, observe que esta vez éramos más gente, normalmente solíamos reunirnos unas diez personas y ahora la cifra rondaba los quince, y eso que aún faltaban los rezagados de siempre.

- te ayudo?- se ofreció la chica.
- Perdona, no te había visto.- le contesté con una sonrisa.
- Están hablando los demás de los planes para después de cenar – me contestó, y como te vi ocupada, pues…..
- No importa.- si total sólo es cortar la lechuga y tomates para hacer la ensalada pero si quieres…

Nos miramos, le indique donde estaba cada cosa y en menos de cinco minutos estábamos las dos enfrascadas en hacer ensaladas, cortar pan, preparar todo lo necesario para que cuando estuviéramos todos empezar a asar chuletas y salchichas en la barbacoa que estaba en la terraza.
La cocina era pequeña, americana llena de cachivaches lo que hacía más complicada cualquier tarea, con tanto trajín chocábamos de continuo, ella de vez en vez soltaba un comentario para darme pie a seguir, pero yo estaba más pendiente de la comida y de mis pensamientos que de lo que me pudiera estar contando la chica.

Por que estaba pensando en ella, llevaba dos días dándole vueltas a la cabeza a lo mismo, desde nuestra discusión, ni ella ni yo habíamos hablado, ¿para qué? me interrogaba a mi misma, si ya sé de memoria sus excusas, sus justificaciones, y yo ya no puedo más, me recordaba a mi misma, esto no puede seguir, me animaba aunque en el fondo me dolía, y mucho, la relación había llegado a un punto en el que o se avanza un escalón más o se acababa, y ella era incapaz de querer salir del armario, no quería que nuestros amigos supieran que éramos novias, ni nuestras respectivas familias sospechaban que “mi mejor amiga” fuera mi novia, nuestras peleas siempre acababan por solucionarse muchas veces gracias a los esfuerzos de los demás que opinaban que era una pena que dos amigas como nosotras nos peleáramos, nadie sabia lo nuestro, por lo tanto también era difícil hablar con otras personas de nuestra situación y llego un punto en que yo ya no podía más, de ahí que le diera un ultimátum.

Y así, fue como me encontraba en esa fiesta, pensando en ella, en lo nuestro, en como había terminado todo, la última vez que nos vimos, la tristeza que me embargaba, lo injusto que me parecía todo, lo cruel que podía volverse ciertas palabras y sobre todo el pensar que a veces por mucho que lo intentes el amor no lo es todo, no lo es cuando tras el amor se esconde la vergüenza, ni cuando el amor va disfrazado de amistad, ni tampoco cuando el amor se reprime cuando hay miradas alrededor.

Tras un tiempo pensando en esto y sin hacer caso de los intentos de Claudia por darme conversación, no me apetecía hablar con ella y al darse cuenta, sus intentos se fueron espaciando y salvo lanzarme un par de miradas e intentar rozarme no paso a más, por que nuestros amigos venían de continuo con interrupciones o a contarnos los últimos cotilleos sentimentales de conocidos comunes.

Los platos iban llenándose, Claudia y yo terminamos de hacer un par de ensaladas, llenamos unos cuantos platos de patatas, aceitunas, cortamos jamón, trozos de queso, y de paso picábamos aquí y allá riéndonos mientras tanto, la gente venia y se llevaba a la gran mesa que habíamos colocado en el centro, bebidas, los platos, venían con sus sonrisas y sus noticias y se iban con los platos, era un ambiente distendido y agradable y poco a poco me fui olvidando de mis preocupaciones e intentaba disfrutar.

Pero Claudia estaba demasiado pendiente de mi, me observaba mucho, se acercaba a mi con cualquier excusa, pero yo estaba dolida y con diplomacia me la quitaba de encima, poco a poco mientras yo me lo iba pasando cada vez mejor gracias al vodka y a la ginebra, y a la cerveza, mezcla explosiva pero ideal para olvidar, para que la cabeza se te embote y sobre todo para desterrar la imagen desnuda de mi novia, una imagen que ese día precisamente se había agarrado a una parte de mi cerebro, quizá esa zona que rigen los sentimientos, y ahí se quedo, a ratos se mezclaba con el recuerdo de la última vez que nos acostamos, el vodka me trajo a la memoria de mi lengua el sabor salado de su sexo húmedo, el ruido de las patatas al ser trituradas por mis dientes me trajo el recuerdo de sus uñas clavándose en mi espalda en uno de sus momentos de pasión por que hay que reconocer que éramos muy apasionadas, aunque ella lo era más, las aceitunas deshaciéndose en mi boca me recordó la dulzura de sus pezones al ser agarrados en mis labios y lamidos, me encantaba notar su excitación en cada mordisqueo de sus pezones, me ponía a mil su manera de agarrarse a mi cuerpo abrazándome con sus muslos, parecía que beber más me la traía a la mente en vez de hacer el recorrido inverso y no conseguía olvidarla, Claudia bebía tanto o más que yo, y poco a poco parecía que ambas competíamos, y la competición pareció que iba también por ignorarnos, por pasar la una de la otra, hasta competíamos en nuestras miradas, sonrisas tontas, comentarios estúpidos, sobre chicos, me cansaba ese tema, el hablar de los tíos para intentar ser como mis amigas, se suponía que a mi edad había de hablar de tíos por que era lo que se esperaba de mi, y yo había de reprimir mis ansias de gritar, de chillar que estaba enamorada, mucho pero no de Carlos, ni de Pablo, ni de que Enrique follaba de vicio, ni que me había enrollado con un desconocido en una discoteca, no, no era eso lo que deseaba, sino proclamar a los cuatro vientos y a esos que en teoría eran mis amigos, hacerles participe de mi amor por ella, que nuestra amistad era algo más sobre todo los dos últimos años, presumir de ella, lucirla, demostrarle mi amor a la vista de todos y sin dobleces, comérmela a besos sin tener que esperar que no hubiera miradas, mientras pensaba todo esto, y con rabia me metía un trozo de queso acompañado de un trago al cubata, Claudia se puso a mi lado y me tocó con delicadeza el brazo.

no seas plasta, tía, déjame en paz – le solté, las palabras consiguieron salir a duras penas.
Vaya, como vas, menudo colocón te vas a agarrar, no si al final esto se va a convertir en un desmadre como siempre, que me lo veo venir.

- Oye, por que no te piras, le contesté, no quiero dramones, ni quiero ayuda ni tampoco tu preocupación, hazlo mejor de tus amigas, si no te importa – le contesté.

- Vale como quieras, simplemente me preocupo por ti como puedo hacerlo de cualquiera que vaya muy bebido.

Me di la vuelta y me encaminé a la terraza, a que me diera el aire y a ver los preparativos de la barbacoa, las risas me llegaban desde la distancia, estaban planificando lo que harían después de cenar, se oyeron un par de risas un poco más fuertes cuando uno de los amigos, saco con cara de salido un juego y con ademanes exagerados empezó a hacer aspavientos y a explicar de que iba el juego, se formo un corrillo alrededor y me llego la voz de una de las chicas diciendo que estaba loco, que ella no jugaba al strip poker ni de coña, que no y que no insistía, unas cuantas se pusieron de parte de la otra y se formo un grupo de los que eran y otro de los que no partidarios del juego.

- Y tú que? Me soltó una de las que formaban el grupo de las que sí querían probar, vas a jugar con nosotras al strip? Me interrogo sonriendo con esperanza.
- Tal y como estoy de bebida, jugaba a lo que me propusierais, por que con el calor que hace es una buena excusa.

Las chicas sonrieron al ver que con mi afirmación el grupo de ampliaba más y las que no querían jugar empezaron a poner malas caras, por que la norma desde hacía años era que se jugaba siempre que hubiera mayoría quisieran o no.

Claudia se acercó y las chicas se le echaron encima, para preguntarlo lo mismo que a mí, era ella la que iba a ser la que inclinara la balanza, la que hiciera el empate y la que en última instancia decidiría inconscientemente el resultado a favor o en contra del juego, por que solo faltaba ella y otra chica.

Continuará.

martes, 23 de septiembre de 2008

sexo solitario

Uno de los mejores placeres solitarios que existen desde que el mundo es mundo, son los trabajitos manuales, no hacer cometas precisamente, ni bordados, hacer dedos que no es lo mismo que hacer autostop, ni saludar al estilo americano, tampoco se le llama solitario a jugar a las cartas consigo mismo, sino a algo simple y vulgar como amarte a ti misma, vulgarmente hacerse pajas, masturbarse o bien cada persona lo dice como mejor le parece, que por mucho que diga la Biblia no es pecado ni te quedaras ciego ni sorda ni calva ni enana, supongo que tendrían que justificar tanta feria de frikis que se inventaron eso.


Pero si hasta el mismo Dios no los dice en boca de su hijo, amaros los unos a los otros, y que mejor forma que esa? Claro que la pobre masturbación está infravalorada, no se habla de ella lo suficiente, esta ninguneada y sobre todo no se le saca todas sus infinitas posibilidades, en vez de tanta pastilla, que si para el estrés, que si para la ansiedad, que si pastillas para los nervios, pero por favor, si todo eso lo soluciona un par de minutos o más al día mientras ejercitas el índice, y aparte de eso te ahorras un par de cremas, nada mejor que un buen polvo consigo mismo para tener la piel más suave y como ejercicio resulta genial para eliminar sudor y malos pensamientos, que no hay nada peor que te digan seas del gremio que seas, el consabido, está tía necesita un buen polvo, y se deja de tonterías.


El problema es que aunque tengas la autoestima alta, quererse a sí mismo, noche tras noche, con calor o con frío, aburre hasta Job, así que hay que buscar que sea menos solitario, te aficionas a las revistas, de esas hay hasta para aburrir al quiosquero, robas dinero a tu padre, o bien le sisas a tu madre de las vueltas de la compra y te compras una, la lees, te recreas la mirada con esos regalos de la naturaleza, fantaseas con ellas, te relames, te excitas, te tocas, te corres y con culpabilidad escondes la revista en el lugar más oculto de tu habitación, después al ver que no te llega el dinero para tanto, las intercambias con los amigos o amigas, que nosotras también tenemos nuestras cosas, como si fueran cromos, cambias, comentas, te regodeas, competís en la cantidad como si la calidad no importara, cuando el aburrimiento ya llega al límite, os pasáis a las películas, y descubrís que vuestros padres también follan, aunque os parezca imposible, y penséis por Dios, que asco, mis padres, estos, ni de coña, seguro que no, porque yo ni los veo ni los oigo….. ilusos!!!.


Encontráis por casualidad un “Emmanuelle” o similares en lo alto de una de las estanterías donde vuestro padre esconde sus cosas, y en un momento en que estas sola en casa, te la pones, y te pones, de los nervios, de la excitación de ver a dos mujeres, y te lo pasas como una enana, o enano. Después lo mismo que con las revistas, venga a sisar y venga a comprar pelis porno, para intercambiar con los demás, para descubrir muchas cosas erróneas sobre el sexo cuando realmente estas con alguien, pero eso tiene nombre y es desengaño.


Yo descubrí las revistas gracias a mis hermanos mayores, como recibimos una educación machista, mi hermana y yo nos dedicábamos los sábados a hacer limpieza bajo la mirada de mi madre, y cuando no había ni moros ni madres en la costa, hacía mi limpieza particular y un par de revistas cambiaban de colchón y me dedicaba algunas noches a mirar fotos, a fantasear, a tocarme, después cuando mis hermanos se iban con las novias los sábados me dejaban al cargo de grabarle la película que hacían en la tele local, tras varios visionados, yo me aficione también a esas pelis, aunque me parecían demasiado mecánicas y de argumento trillado y tías vulgares, menos daba una piedra y mi índice en esa época trabajaba horas extras.


Después vino el portátil, para los trabajos, y poco después gracias a Internet vino la revolución sexual a golpe de ratón, descubrí que el sexo es gratis, los chats son cachondos y dan mucho jugo a la imaginación, y un amplio abanico de posibilidades se abrió en forma de ventanas, enlaces, foros, etc, empecé a frecuentar ciertas páginas de contactos lésbicos y chat de bisexuales, tenía novia por aquel entonces pero no consideraba que estaba haciendo nada malo, hasta que uno de las chicas con las que hablaba empezó a hacer preguntas personales, fuertes, íntimas y hablando, en principio como si fuera un juego, empezamos a decirnos cosas un poco fuertes hasta que me encontré con las braguitas a la altura de las rodillas, la mano siguiendo las indicaciones que la otra a través de la minúscula ventanita del chat me iba ordenando, y con gemidos, suspiros y demás la obedecí, no aconsejable estas cosas no por nada por que a mi me pillo mi abuela con esa postura tan poco natural y la excusa que le dí no sonó muy convincente.


Esas cosas tan naturales hay que hacerlas con recato, no vayamos a escandalizar a mentes cuadradas, pero como todo avanza a pasos, lo siguiente fue mucho mejor porque en vez de gastarte los ojos leyendo los oooohs y aaaaahhhs de vete a saber quien es la que está en la otra ventana que tú te crees que es lesbiana y está buena y resulta que es el hijo de la verdulera del pueblo, por eso la tan manida frase que te bombardeaban las ventanas nada más saludar en el chat….. tienes fotos? Tienes cam? Cuanto te miden las tetas? De que color llevas la ropa interior? Eres tia? Eres tio? Que te daban ganas de mandarle también el curriculum y los resultados médicos.


Lo más surrealista que me ha pasado una vez al entrar a un chat de contactos de chicas, entre con un nick que ya había visto hacia un par de semanas y me gusto y me lo apropié y nada más entrar me entro una y directamente empezó a abroncarme y a decirme de todo, y al darme cuenta por los detalles que daba de que me había confundido con la otra y que la otra era su chica o algo, pues me hice pasar por la otra y empecé a disculparme y a rebatir sus argumentos para acabar yo por decirle un par de cosas íntimas, contarle con pelos y señales como echaba de menos su cuerpo, que necesitaba sentirla, devorarla con mi lengua, empujarla contra la pared y….. ella decía sigue nena, sigue, no pares, y yo deje volar mi imaginación y me monte una película erótica con una desconocida a la que le contaba el guión de lo que para mí sería uno de los mejores contactos sin tacto sexuales, y lo que disfrutamos ambas.


En cosas de estas hay que ir con mucho tiento, yo me he encontrado con muchas sorpresas en mi muy activa vida sexual (tanto como activa, más bien pasiva), entre ellas obsesionarme con una de las chicas con las que chateaba que estuve a punto a dejar a mi novia por ella, en otra tuve el error de que se me escapara mi lugar de trabajo y a los dos días noté que alguien me seguía, otra de las veces recibía llamadas a altas horas de la noche asustando a mi familia para lanzar unos jadeos antes de que colgara, también tiene sus cosas buenas, porque todas las obsesiones acaban por desaparecer, pero como todo en la vida mejora, ahora el mundo virtual sólo lo uso para hacerme las consabidas y diarias pajas…..mentales, que para eso tengo dos blogs, y tú eres uno de los que está leyendo uno de ellos.


Aunque para mi lo mejor es cuando conoces a la persona, que sea tu pareja con la que no puedes en ese momento por distintos motivos, a golpe de teléfono, de ratón, de lo que sea y sobre todo mucha imaginación se puede hacer mucho.


Así que dedos arriba, que no se diga, que es bueno para el cuerpo y si es bueno para el cuerpo es que no es malo.

El rollo que acabo de largar, para pajas mentales yo.

sábado, 20 de septiembre de 2008

sexo en las duchas (final)

A la distancia a la que estaba pude observar que de todo el campus del instituto habían consciente o inconscientemente, más lo primero, elegido la zona de hierba que estaba casi fuera de la vista de los demás, aunque tampoco es que hubiera mucha gente, pero como yo las había estado siguiendo disimuladamente, y las había visto entrar desde la parte externa del Instituto, tenía la mejor vista desde mi posición unos metros más arriba, me tumbé en una de las zonas mullidas y puse a modo de escudo uno de los libros abiertos e hice creer a cualquier observador que era una simple estudiante más que había elegido un lugar tranquilo para repasar, con la excusa de que estábamos de exámenes era fácil pasar desapercibida.

Tumbada boca abajo con las piernas elevadas hacia atrás, mis piernas golpeando rítmicamente las nalgas y con la vista en el libro, con el rabillo del ojo no perdía detalle de lo que se estaba cociendo un poco más abajo, la escena resultaba estimulante para una mente calenturienta como la mía, sobre todo porque sus movimientos aunque no eran de momento escandalosos y sobre todo la naturalidad de ellas, su comportamiento era sensual, de gestos calmos, miradas penetrantes, siempre he pensado que hay cuerpos que hablan, entre ellos, sin necesidad de que las dueñas de esos cuerpos tengan necesidad de palabras, y era algo íntimo lo que ellas me estaban regalando que a ratos me sentía culpable, como si estuviera violando algo, pero deseché pronto mis reparos y me dedique a lo que era, una “Voyeur”.

La morena, que era la más osada de las dos, con una sonrisa picara cubriéndole la cara avanzó de forma imperceptible su mano y le agarró de la cintura para acercarla más a su cuerpo, una vez estuvieron las dos completamente pegadas que a esa distancia me era imposible diferenciar las piernas, distinguir el cuerpo de cada una, porque eran como si los cuerpos se hubieran succionado en uno, las risas me llegaban, la pelirroja le agarro con las manos de la nuca y se llevo la boca a la nariz, donde le dio la bienvenida a lo que iba a ocurrir a continuación, los besos en la nariz, mejilla, comisuras de la boca eran en principio tiernos, para sin previo aviso empezar a comerle la boca como si el mundo se fuera a acabar, la morena se los devolvía con más ansiedad que la otra, la escena empezó a ser más arriesgada, si las pillaban, pero ellas estaban tan enfrascadas en su placer que no eran conscientes de nada más.

Hice un gesto con la cabeza en derredor y al ver que no había miradas fijas en mi, me arriesgué a levantar un poco más la cabeza e hincar los codos en la hierba mullida, y desde allí seguí siendo testigo de una historia que acabo mal, pero eso no lo supe hasta años después, de momento ajena a todo, disfrutaba de mi primera entrada al mundo lésbico, sin que en ese momento fuera consciente de que iba a ser muy importante para mi futuro sentimental, porque me abrió los ojos en un futuro, porque en ese momento yo estaba disfrutando mucho, quizás demasiado, por que al cabo de un rato y viendo que la pelirroja había empujado a la otra y se había sentado encima de ella, y jugando a que estaban haciendo masajes los movimientos de la pelirroja encima de la morena eran demasiado parecidos a dos personas haciendo el amor, y yo al ver eso, se me cerró el estómago y mi sexo decidió llamar mi atención, y lo que pocos tíos y pocas situaciones habían conseguido, ellas consiguieron que azorada por notarme húmeda y cachonda, decidí en mi postura un poco más rígida para poder esconder mi mano debajo de mi pantalón y mientras las veía, moviéndose rítmicamente, meciéndose la una a la otra y acariciándose de forma ya nada disimulada yo hice lo mismo, mi mano sin que yo me diera cuenta avanzo hasta mi sexo e inició de forma lenta pequeñas caricias circulares para poco a poco ir aumentando el ritmo mientras con la boca abierta de la excitación no perdía detalle.

Me mantenía en la misma postura, lo único que se movía de mi, era mi mano izquierda, de forma rítmica y rápida, muy rápida, confieso que miraba más a la pelirroja, me hubiera encantado estar en la piel de la morena y que el placer que desprendía su boca fuera la mía, estar en esos momentos gozando del cuerpo de la pelirroja, y al pensar esto mi cuerpo, sobre todo mi sexo se disparo y mi boca se contrajo involuntariamente en un gesto desgarrado seguido de pequeños espasmos y un grito ahogado con la mano derecha.

No estoy segura de si me oyeron pero una de las cabezas se movió en la dirección en la que yo estaba, agaché la cabeza y saqué precipitadamente mi mano, tenia el rostro colorado, mezcla de la vergüenza y de la excitación, pero era incapaz de apartar mi mirada de ellas, las cuales después de seguir jugando, un poco menos arriesgado que hacía unos momentos, se levantaron primero una, la que me gustaba a mi, y le tendió la mano a la morena para ayudarla a incorporarse cuando en ese momento, no fui consciente de que en mi empeño por no perder a la pelirroja de vista, deje de disimular y me mostré y al estar de pie tuvo más visión de mi, sus ojos me escrutaron, creo que se dio cuenta o intentaba ubicarme en algún lugar, sonrió, le dijo algo a la morena, y se empezaron a reír, primero de forma comedida y después ya sin disimulo, a carcajadas.

Me quedé sin saber reaccionar y entonces aún antes de poder hacerlo, corriendo la pelirroja en cinco minutos ya estaba a mi lado:

-¿Qué coño haces? Me soltó a bocajarro, mientras la morena la llamaba y con gestos le insinuaba que lo olvidara.

-No hacia nada, señalaba el libro y a continuación procurando que mi respiración recuperara la normalidad, solté un… simplemente estaba estudiando.


-Si, claro, estudiando, con todo el retintín que se pudo permitir, añadió, a nosotras no? ¿Qué te crees? ¿Qué no nos hemos dado cuenta?- soltó con desprecio y continuó mientras se alejaba….. las chicas como tú nos dan asco, y como digas algo, a quien sea, a nuestros novios, te las verás conmigo. Me entendiste? Esto último lo dijo dándose la vuelta.

El corazón me latía rápido, diferentes sentimientos se agolpaban dentro de mi, ira, vergüenza, humillación, pena de mi misma, y sobre todo sorpresa, la excitación se estaba escapando de mi cuerpo y para mi sorpresa no tenia miedo, todo esto me hizo darme cuenta de mis reparos con los chicos, mis excusas a la hora de no querer acostarme con ellos, mi aburrimiento al hablar con los chicos del Instituto, y sobre todo que lo que yo sentía por la pelirroja tenia nombre.

Ese año, fue uno de los mejores de mi vida, no dije nada a nadie, en el Instituto se rumoreaban sobre ellas pero yo siempre lo negaba, es más las defendía y una de las que insinuó algo era amiga de la morena y querían averiguar si yo tenia algo que ver con los rumores y al ver que no, con el tiempo se acercaron a mi y poco a poco nos fuimos haciendo amigas, una amistad de tapadera, para ayudarlas a que pudieran verse ellas a solas, las tapaba las mentiras delante de los novios, no es algo de lo que esté orgullosa, pero para mi significo mucho.

Por que con el tiempo ellas dejaron después de un par de años a los novios, se enfrentaron a las familiar y mantuvieron una relación que no duro más que un par de meses, fue tanta la presión y Sara que así se llamaba la pelirroja se apoyo en mi tras la ruptura y nos hicimos confidentes y una cosa llevo a la otra y paso lo que yo jamás hubiera imaginado, que lo que yo había estado meses observando y deseando se convirtiera en realidad, porque es con ella con la que recreo aquellas escenas, tanto en la ducha como en otros sitios menos privados pero más morbosos.

Las vueltas que da la vida, verdad? Lo hemos comentado muchas veces con risas, ella me llama pequeña pajillera con grandes risotadas cuando le cuento lo acontecido aquella vez, por eso digo que fue especial para mi.

viernes, 12 de septiembre de 2008

sexo en las duchas

Hace años, antes de que supiera el término de lo que estaba a punto de hacer, ahora todo tiene nombre, nombres raros, porque a lo que se considera raro hay que ponerle un nombre apropiado, que si voyeurismo, fetichismo, pederastia, zoofilia, cada cosa, hasta el sexo a distancia tiene nombre, pero ese será el próximo tema.

El de hoy, va sobre el voyeurismo, antes de que supiera que lo que yo consideraba un simple cotilleo y a que negarlo una alegría para mis ojos, antes de que me diera cuenta de que el cotilleo ya era espionaje y el espionaje paso a convertirse en voyeurismo o de forma vulgar que llamaba yo a ser una mirona, pero al menos yo tenía clase porque no es que fuera con una mano en la entrepierna acariciándome mientras practicaba el sano deporte del voyeurismo, no, lo mío era la imaginación post alegría visual bajo la intimidad de mis sábanas, si, esas sábanas preadolescencia que independientemente de cual sea la estación siempre están húmedas.

¿Cómo caí en las garras del voyeurismo? Si he de ser completamente sincera, la culpa fue de las clases de gimnasia que se hacían en mi instituto, nuestro grupo al ser de tarde y tener la clase de gimnasia a última hora, y como nuestro instituto era casi nuevo, la sala de gimnasia y los aseos estaban equipadas a la última, unas duchas que invitaban a refrescarse al terminar la jornada pero no usábamos porque coincidía con el último bus y teníamos que salir corriendo, así que entrábamos lo más pronto posible, coincidíamos con las rezagadas de la anterior clase y entre risas de unas y cachondeo de otras cada una iba a su bola.

Yo solía entrar al gimnasio de las primeras con otra compañera que siempre se las ingeniaba para que le bajara la regla dos veces al mes y coincidiera con las clases, era pasto del cachondeo general y la llamábamos la virgen de la Regla, o la Jurado, ya digo que éramos puñeteras, mi compañera se llamaba S. y siempre intentaba vacilarme y yo me lo tragaba todo, hasta que llego un punto que tanto vacile llegue a desconfiar de todo.

Empuje la puerta, quince minutos antes de que nos tocara clase, para adelantar y estar ya cambiadas antes de que llegaran todas y nos estorbaran, pero antes de entrar del todo, se oyeron risas, agua cayendo y algo que en ese momento no llegue a identificar, S. estaba más cerca de la entrada y vio algo a través de los espejos y de forma brusca puso la mano como una barrera para impedirme el paso y a empellones por su parte salimos.

-¿Qué pasa? ¿A qué ha venido esto?- la increpe, mientras la miraba esperando respuesta.
- nada, me contesto, y añadió bajando la voz hasta convertirla en un susurro…- es que habían dos dándose el lote en la zona de las duchas….y bajando la voz un poco más volvió a añadir con los ojos abiertos por la sorpresa….. y eran dos tías, termino por decir S.
- ya te vale, joder, le contesté, estás obsesionada con las lesbianas, con el sexo, con los tíos, con las pollas, hasta con el profesor de gimnasia, no me jodas, anda.

Y nada más terminar de decir eso, antes de que S. pudiera frenarme, en dos zancadas me plante ante la puerta y con seguridad e incredulidad empuje la puerta y entré, me quede parada, los espejos captaban a la perfección lo que se cocía dentro de las duchas, me quede un tiempo observando, las reconocí, dos cabezas, una pelirroja y otra morena, delgadas, femeninas, siempre estaban juntas y salían con dos chicos que también eran amigos, eran de la clase de al lado y nos saludábamos por los pasillos.

Mi pie hizo un movimiento de huida, presto a caminar hacia atrás hasta salir por la puerta y olvidarlo todo, pero si de algo he de pecar es de mi inagotable curiosidad y sobre todo, a qué negarlo, me pierde el morbo, y las chicas guapas, sobre todo si son lesbianas, y a aquella edad, era como quitarme un caramelo de la boca.

Ajenas a mi presencia, ellas seguían a lo suyo, disfrutaban enjabonándose la una a la otra, la espuma las cubrían por completo, sus cuerpos bajo el agua, los espejos y mis ojos eran testigos de la complicidad que emanaban, de sus jugueteos, de sus lenguas jugando, sus manos acariciándose, una de ellas bajo la cabeza y aprisiono con su boca uno de sus pezones y con suavidad la empujo hacia la esquina de la ducha, mientras la homenajeada se agarraba a la cabeza de la otra, la lengua trabajaba, chupaba, mordisqueaba con suavidad al compás de los gemidos de la compañera, una de las manos empezo a acariciar el muslo de la pelirroja y trepaba hacía arriba quitando jabón a su paso, la mano hizo un corto viaje hacia la boca de la morena donde con fruición chupo dos dedos y viaje de vuelta hacía el sexo de la pelirroja para con suavidad y ganas entrar dentro bajo unos gemidos fuertes de la pelirroja amortiguados por el ruido del agua.

Yo, miraba alucinada y sobre todo notaba que mi sexo palpitaba, como si el corazón latiera por equivocación en mi entrepierna y mi respiración se aceleraba, justo en ese momento, se oyó la puerta abrirse de golpe y una de mis compañeras abalanzarse sobre mi, me dio tiempo a ver la cara de angustia de una de ellas y a la otra ir corriendo y disimuladamente meterse en otra de las duchas, y estuvieron como si tal cosa, enjuagándose, mientras todas entrábamos gritando y haciendo fuerza por la boca para hacer corrillo para intentar escaquearnos de los abdominales y pedir al “profe” que nos dejara jugar al hockey.

Las miraba con disimulo y pensaba mucho, pensaba si sería cosa de hoy, o si venia de hacia tiempo, si eran pareja o había sido un rollo, si sus novios sabrían algo, mi respuestas eran no, probablemente, no lo eran, no había sido un rollo y sus novios no tenían ni idea porque les había visto a menudo a los cuatro en la cafetería del instituto.

A partir de ahí, las observé mucho, para ver si las pillaba en algún gesto cariñoso, o algún desliz como el de la ducha, y si, las pille varias veces, y si, soñé con ellas, y si las volví a ver años después, y varías veces estuve a punto de preguntarles algo, pero me calle a tiempo porque disfrutaba más de esos pequeños momentos de “mirona” y me sabe mal pero disfrute más que con la ducha cuando las pille en un apartado trozo de césped unos días después, en el que habían hecho pellas y se reunieron ellas dos solas, sus novios no estaban y no había nadie, salvo la menda que se había escaqueado de las clases de inglés y a una distancia prudencial empezó a observar……….. un juego de manos a dos, miradas ardientes entre ellas y.......

continuará

domingo, 7 de septiembre de 2008

en el ascensor 3º parte y final

Entré al ascensor como una tromba, sin ser en ese momento consciente de que Caroline me seguía detrás, estaba tan ofuscada que no me di cuenta de nada, hasta que no note que una mano me agarraba con suavidad, ninguna de las dos tuvo tiempo de apretar ninguno de los botones del ascensor cuando esté se puso en marcha, nos quedamos un momento paradas hasta que pude reaccionar y me di la vuelta para encararme con Caroline pero no supe ni que decirle ni como decirlo, me sentía como si ella hubiera podido atisbar en mi interior y ver lo que durante tantos años había intentado ocultar a los demás y sobre todo a mí misma, y al pensar eso, la vergüenza me atenazo durante unos minutos en los cuales estuve con los ojos clavados en el suelo.

Las puertas se abrieron y nosotras nos separamos a una distancia prudencial, entraron y volvieron a desaparecer un par de pisos más abajo, la tensión se palpaba en el aire, al volver a quedarnos solas, por impulso accione el botón de parada, y se paró seguido de un fuerte ruido, nos miramos, sus ojos escudriñaban los míos para descubrir en ellos el motivo de mi comportamiento, pero yo, como si toda la tensión de las últimas horas hubiera explotado, como si Caroline hubiera despertado algo dormido, me sentía como si me hubieran dado cuerda, como si ella hubiera sabido que teclas de mi tenia que tocar para que saliera a la superficie lo que yo por miedo había estado ocultando.

La miré, el ascensor seguía en parada, pero no me importo, en ese momento sólo quería dar salida a mis impulsos, a mis sentidos que acababan de despertar, sólo quería que ella volviera a cogerme del brazo, del cuello, necesitaba que me tocara, que me hiciera sentir viva, que me transmitiera las mismas sensaciones o mejores de hacia escasamente una hora, mi cuerpo anhelaba recuperar el tiempo perdido, sentir lo que le había negado tantos años y era ella con su sola presencia y su audacia la que lo había conseguido.

La sonreí, mi timidez empezaba a evaporarse al sentirla cada vez más cerca, Caroline me buscaba y su sola presencia me excitaba mucho más de lo que mi novio había conseguido en los tres años de relación.

Con todo el aplomo que pude reunir me acerque a ella y la fui empujando hacia el final del cubículo, era amplio así que el aire aún era respirable, la seguí empujando hasta que su espalda toco el espejo y su cuerpo se preparo para recibirme, me pegue a ella, mientras mi mano se deslizaba por su nalga y con avidez separaba la abertura de la falda para deslizarse por su interior para deleitarse mediante el tacto, me gustaba, tenia la piel muy suave y agradecía mis caricias acompañándolas de movimientos rítmicos, su cabeza se inclino y sacando la punta de la lengua por entre sus labios carnosos buscaba mi boca, me pegué más a su cuerpo y jadeando le regale mis labios para que disfrutara de ellos, mordiéndolos con suavidad, agarrando mi labio superior entre sus dientes, me abrazo con fuerza y apartando mi mano pego su sexo a mi cadera y entre jadeos mutuos nos fuimos pegando cada vez más hasta que no se podía distinguir sus muslos de los míos.

Nuestras bocas seguían cosidas por un hilo de saliva, y nuestros cuerpos seguían recreándose, hacía tiempo que no disfrutaba del sexo y yo estaba sorprendida de mi comportamiento, me parecía imposible hacer lo que estaba haciendo no sólo por que fuera una chica sino también por que la acababa de conocer pero todo estaba resultando demasiado natural y cuando estas cosas suceden lo mejor que se puede hacer es dejarse llevar.

Nuestros cuerpos fueron cediendo a la famosa ley de gravedad de Fulton y en el empeño de Caroline por no dejarme caer, nos caímos las dos, su mano freno la caída pero aún así fue aparatosa y vino acompañada de golpes del exterior, en nuestra burbuja no nos habíamos dado cuenta del escándalo que se estaba armando fuera, habían llamado a los bomberos porque pensaron que se había atascado el ascensor y estábamos en peligro, en ese momento nos dimos perfecta cuenta de la situación y nos levantamos como un resorte, yo estaba coloradísima y Caroline estaba satisfecha y hasta se permitió bromear diciendo que si era así de fogosa, apasionada y curiosa en todo el puesto era mío sin lugar a dudas. Nos reímos y nuestras risas pudieron suavizar la tensión del momento.

No había transcurrido ni cinco minutos cuando dándonos cuenta pulsamos las dos al mismo tiempo el botón de puesta en marcha y nuestras manos se rozaron, sonreímos al unísono y en ese momento se abrieron las puertas, en la misma planta donde todo había empezado y pensé con cierta tristeza si no habría terminado también, afuera estaban los compañeros de Caroline de selección de personal que habían acudido al enterarse del lío, los bomberos ya se habían marchado al ser conscientes de la inutilidad de su presencia y los otros aspirantes al puesto estaban curioseando por ahí.

Caroline estaba tan enfrascada que sin que se diera cuenta recogí mi bolso que había ido a esconderse en una de las esquinas en pleno forcejeo y con una mirada en derredor me fui pasillo adelante y desaparecí por una de las escaleras.

En menos de quince minutos, salí por la fachada del edificio y una bocanada de aire fresco me espabiló por completo, no había llegado a dar la vuelta a la esquina cuando me dí cuenta de que mi curriculum con mi número de teléfono y demás datos como mi dirección estaban en su poder y sabía perfectamente que aunque el puesto no fuera para mi, o quizás si, el tiempo lo diría, salí con la convicción de que acababa de ocurrir algo fantástico, la fuerza que necesitaba para reunir el valor para decirle a mi novio que nuestra relación no tenia visos de continuar porque sintiéndolo mucho me había dado cuenta de que era lesbiana, y me había costado asumirlo, que esperaba que lo entendiera sin que su machismo se viera afectado, mientras en mi imaginación se anticipaba la escena que unas horas después en la realidad se desarrollaría con pocas variaciones, seguí caminando con la mejor de mis sonrisas y como si todo tuviera un sentido, días después recibí la llamada de Caroline para felicitarme por haber superado la entrevista y se me citaba para otra reunión, pero esta vez soltó entre carcajadas Caroline nada de ascensores, te invito a cenar para ponerte al día del funcionamiento de tu trabajo.

- Cenar? Le contesté intentando aparentar timidez- querrás decir que me estás pidiendo una cita?- Le respondí con risas, parecía mentira lo que estaba ocurriendo, pero a veces pasa.
- Llámalo como quieras pero el viernes paso por tu casa y te recojo, no por nada pero te dejaste con las prisas una cosa en el ascensor y creo que deberías quedártelo, y de paso nos ponemos al día.
- Del trabajo? Le conteste con picardía.
- De nosotras, necesito averiguar donde te has metido todos estos años – soltó con cierto aire peliculero.
- De acuerdo- ahí estaré – me despedí con naturalidad, pero la sola idea de volver a verla, hacia que mis sentidos cobraran intensidad, despertaran del letargo.

Sonreí, mientras agradecía el mejor invento del siglo, el montacargas, por que me había puesto la vida patas arriba y me encantaba la sensación, nunca jamás me había sentido tan viva, y con cara de satisfacción y paso firme salí a la calle.

viernes, 5 de septiembre de 2008

en el ascensor (part two)

A duras penas conseguí que mi boca adoptara una expresión más natural mientras mi cuerpo se ponía en tensión como anticipándose a lo que sucedería más adelante, mientras dudaba en si seguir sentada o levantarme a saludar, ella se adelanto y me ofreció la mano mientras señalando a sus compañeros que seguían uno a cada lado, los presento como parte del proceso de selección, estaba tan nerviosa que sus nombres se me escaparon, pero conseguí sobreponerme y después de que nuestras manos se soltaran y Caroline que así se presento la desconocida del ascensor, mientras me guiñaba el ojo como si todo esto fuera una travesura del destino, cogía al mismo tiempo mi curriculum y se sentaba en la silla.

Suspiro y sonrío, miraba con interés el curriculum y señalando algo en concreto se dirigió hacia su compañero de la derecha y cuchicheó algo, sonrieron, me miraron y a continuación empezaron las preguntas de rigor, intenté contestarlas a todas de manera escueta y detallada pero al cabo de un rato, yo iba poniéndome más nerviosa y las preguntas empezaron a rondar los temas personales y eso es algo que no soporto, me molesta viniendo de desconocidos y no veía que fuera algo que importara en la calidad de un trabajo.

Como si me leyera los pensamientos, Caroline se dio la vuelta y les hizo un gesto a sus compañeros, los cuales se levantaron y salieron llevándose unos papeles.

Se hizo el silencio, nos miramos, Caroline me miro de arriba abajo e hizo un mohín de picardía y me dijo:

- Veo que no tienes experiencia en el mundillo de la publicidad, y eso es lo que nosotros buscamos, alguien sin experiencia que nos aporte frescura e ideas nuevas, porque crees que deberíamos decantarnos por ti?

- Porque ambas saldríamos ganando, yo aporto naturalidad y tu aportas experiencia, un buen tándem, no crees? Me sorprendí justo terminar la frase.


-Chica lista- soltó Carolina mientras una carcajada se escapaba de su boca – y dime continúo, que anuncio te traería a la mente la imagen de dos chicas en un ascensor?

-Condones- solté de forma atropellada, al momento me di cuenta de que había metido la pata.

-¿Preservativos? ¿Dos chicas en un ascensor? ¿Y que harían?- Caroline hizo un gesto como para llamar mi atención.

-Perdón, fue un despiste- me disculpe, para a continuación añadir, veamos, dos chicas en un ascensor? Pues, me trae a la cabeza anuncio de perfume sensual, erótico, o bien si ponemos música y las chicas están ligeras de ropa pues para algún tipo de helado o dulces.

-Ligeras de ropa – no es un poco machista? Soltó con sonrisa maliciosa.

-Pues como el 90% de los anuncios, pero este no tiene porque serlo, podría estar hecho para mujeres, ya sabes, otros ambientes- le replique, no sin ser sorprenderme de mi aplomo.

A estas alturas de la entrevista yo empezaba a relajarme, Caroline rodeó la mesa y se sentó en una de las esquinas cruzando las piernas a escasos centímetros de mi cara, mis ojos se abrieron al comprobar que me miraba fijamente mientras sus piernas se descruzaban, su lengua sobresalía un poco y adoptaba una expresión traviesa.

Jamás había estado en una entrevista de tal calibre, y levantándome insinué con naturalidad si faltaba mucho para completarla, porque en caso de ser afirmativo esperaba no le importara que me ausentara un rato e ir al servicio.

Caroline negó con la cabeza y con su izquierda me señalo al fondo de un pasillo, y hacía allí me dirigí, estaba nerviosa, la entrevista se estaba yendo de las manos, no quería ser mal pensada pero la estrategia no era correcta, no por parte de ella, pensé que si fuera un tío estaría ligando conmigo, pero una chica poco más mayor que yo, pensé, y rechacé esa idea de la cabeza por considerarla demasiado fantasiosa, además me dije a mi misma, esto solo pasa en las películas, sobre todo eróticas, y para chicos, como las que ve Roberto, mi chico los viernes de madrugada en la televisión local, hice un gesto con la cabeza como para desechar tales pensamientos y seguí caminando hacia el final del pasillo, abrí la puerta y entré en el servicio, me acerque a una de las dos puertas y entre para salir al poco rato y dirigirme a la pila del lavabo, necesitaba mojarme las manos, la cara, estaba acalorada y confusa, hacía años que una mujer no me hacía sentir así, muchos años, desde que empecé la universidad y me hice inseparable de Marta, pero al pensar en Marta, mis ojos se volvieron tristes y los cerré para intentar pensar en otra cosa.

Mientras los tenia cerrados noté que una mano se posaba con suavidad en mi espalda, los abrí de golpe y a mi lado sonriendo de forma tímida estaba Caroline, como si todo estuviera ya escrito de antemano y cada una supiera como interpretar las escenas, y nuestros papeles hubieran sido previamente ensayados, me di la vuelta, su mano desapareció de mi espalda y se poso en mi cuello, lo acariciaba al tiempo que mi cabeza se inclinaba hacia atrás y cerraba los ojos para anticiparse al placer que emanaba de esos dedos largos y espigados.

Esto no es real, es un sueño y voy a despertar de un momento a otro, me repetía machaconamente, pero una vocecita salió de alguna parte de mi cerebro y contestó, sea un sueño o no, disfruta, déjate llevar, relájate, olvida todo, Marta, Roberto, el trabajo que necesitas, tu familia, a ti misma, el último pensamiento vino acompañada de un largo suspiro y Caroline al sentirlo, me abrazó.

El abrazo hizo que de sopetón me diera cuenta de todo, y como pude me zafe de ella, nerviosa y un poco confusa, me dirigí corriendo hacia la salida, pero Caroline consiguió atraparme la muñeca con su mano, me di la vuelta y cabreada le dije que soltara, estaba muy enfadada, sobre todo conmigo misma, con mi debilidad, juré hace años que esto nunca iba a ocurrir, esto no, y eché a correr, corrí como si me persiguiera una jaula de perros y cruzando el largo pasillo y sin ser consciente de las caras de la gente que esperaba me fui derecha al ascensor, apreté el botón con desesperación y mientras se abría las puertas entre seguida de Caroline, justo en ese momento se cerraron las puertas……….

Continuará ( a joderse otra vez) pero la verdad es que no tengo ni zorra de que hacer con estas dos, quizá para la próxima

lunes, 1 de septiembre de 2008

en el ascensor

Toca temita calentito, recién sacado del horno, la bollo en el ascensor, o como sobrevivir a un tórrido momento metida en un horno con cuerdas y vertical para terminar en posición horizontal o ……, tenemos imaginación suficiente para situarnos en la historia? a mi la imaginación me sobra, más que nada porque esta junto con la de ligarme a una azafata de pelo rizado en los aseos de su trabajo para más inri que da más morbo, pero eso es una fantasía de altos vuelos y como hay que aterrizar en la realidad es más factible este, bueno factible, en el caso de que tengas la buena o mala suerte de quedarte encerrada en un ascensor con la vecina del segundo, hace poco tuve un sueño erótico en el que la trama giraba en torno a esto, pero claro el sueño era tan vivido que moje la sábana, eso creo, o sería el sudor de estos calores nocturnos veraniegos.

A lo que iba, el sueño, no lo he sacado de una película porno, más quisiera, ver una y que sea de calidad, cosa harto difícil de por sí, pues eso, que estaba durmiendo, arropada bajo el suave ronroneo del ventilador, con la sábana acariciando mis rodillas y enroscada a la almohada, posición ideal para dejarte abrazar por Morfeo y te ves a ti misma vestida de forma arreglada pero informal, maquillada cuando tu normalmente vas de calle, entras en un edificio grande, de considerable altura, con varias placas bruñidas en la fachada, una de ellas me anuncia que es una agencia de publicidad y al ser consciente de que en mi mano descansa un portafolios sé que me dirijo a una entrevista laboral, cruzo el zaguán y me encamino hacia los ascensores, son dos, uno a cada lado separados por una franja de pared, detrás de mi se aproxima una chica de mi edad aproximada y me hecho a un lado para dejarla sitio, nos miramos, miramos al ascensor, estoy nerviosa pero no sé si por la mirada penetrante que me lanza la desconocida o por mi entrevista inminente, taconeo nerviosa con los pies y en esos momentos se abre la puerta, salen tres personas con prisas, uno de ellos sin querer tropieza conmigo y el contenido del portafolios se desparrama por el suelo, la desconocida se agacha como un resorte y alcanza mis papeles a la par que yo me agacho, nos quedamos inclinadas en el suelo, sus dedos sostienen mi curriculum y mis manos se acercan prestas a recogerlas, nuestros dedos se rozan, me incorporo rápidamente mientras me aliso la falda y agarro el bolso como una desesperada, la desconocida me sonríe, me entrega el curriculum y acto seguido se desliza detrás de mi, me quedo parada delante del panel de los botones, nerviosa sin atinar a reaccionar y una voz dulce a mis espaldas me dice:

- si vas a la entrevista, dale al duodécimo, yo también me dirijo hacia allí.
- Vale, gracias, contesté con una pizca de ansiedad, la desconocida parecía que se regocijaba con mis nervios.

Me quedo tiesa y cerca del panel con la vista fija en las puertas del ascensor, pensando en la desconocida que me observa sin yo saberlo detrás de mi, no entiendo mi timidez ni mis nervios porque no es la primera vez que me viajo en ascensor con gente, aunque a atractivo hasta ahora nadie la había superado, y más que atractivo era lo que me hacía en cuanto a ponerme nerviosa y eso poca gente lo conseguía.

El ascensor iba por la quinta planta cuando me aventura a girar la cabeza, la desconocida me observaba con atención y de improviso sonrío, la sonrisa le iluminaba la cara y la hacía parecer más atractiva aún, tenia unos ojos rasgados de color miel y una melena rizada de color castaño, su cara ovalada estaba salpicada de pecas y unos hoyuelos se le marcaron cuando dijo con dulzura:
- No te pongas nerviosa, hoy no habrá mucha gente en la entrevista y creo recordar que la persona que va a realizar las entrevistas es encantadora, lo más seguro es que por lo poco que he podido observar de tu y mientras lo decía señalaba con el índice mi portafolios, no tendrás problemas, termino con un ademán al aire para quitar importancia.
- Me encogí de hombros para aparentar indiferencia pero estaba bastante nerviosa y conseguí balbucear un gracias, que sonó seco.

Nos miramos un rato más, el ascensor subía lentamente, en un tiempo que se me hizo larguísimo aunque no durara más de 10 minutos, me dio tiempo a observarla más nítidamente, creo que también se dirigía a la entrevista porque iba muy arreglada, perfumada, restos de un olor dulzón impregnaba el espacio que compartíamos, era consciente también de ser observada por ella y eso intensificaba mis nervios, pero no me importo, me gustaba la sensación, como de estar a la expectativa, nuestros ojos se recorrían como si lo que veían fuera de su aprobación, nuestras comisuras tiraban inconscientemente hacia arriba como impulsadas por un hilo invisible, mis dedos se retorcían y cuando ya estábamos a punto de llegar se puso a mi lado y me hizo un gesto diciendo:

- que tengas suerte, espero verte pronto, me dijo con una sonrisa de oreja a oreja y un guiño del ojo pasando justo por delante de mi y dejándome sin posibilidad de reaccionar.

Salí detrás de ella un poco anonadada y me dirigí a una de las puertas acristaladas que anunciaba el nombre de la empresa donde tenía que realizar la entrevista, crucé las puertas, giré la cabeza en derredor y me fui derecha a un grupito de gente que merodeaba por allí, pregunte y me confirmaron, dijeron que irían llamando, pasaron dos que fueron despachados enseguida, a continuación el chico que estaba a mi lado entró en una de las puertas del fondo y a los veinte minutos salió con una amplia sonrisa, supuse que había tenido suerte y sido convocado para la entrevista final, segundos después se oyó mi nombre y con lentitud acompañada de ansiedad abrí la puerta de la estancia.

Dos hombres estaban sentados en una amplia mesa, con un ordenador, papeles, en fin, lo que hay en una oficina, saludé a los dos y cuando iba a sentarme en la silla que me habían preparado una figura salió de detrás de otra estancia y se dirigió hacia el centro de donde estaban los otros dos entrevistadores.

Mi boca no se cerraba, la sorpresa me dejo que no atinaba a cerrarla, mientras observaba con incredulidad a la desconocida del ascensor……………….

continuará ( a joderse)

martes, 26 de agosto de 2008

contactos

En un pueblo pequeño en el que los lugares de ambiente brillan por su ausencia y las amistades suelen ser de las consideradas de toda la vida, incluso de antes de que te decidieras a salir del armario, así que lo raro es que te encuentres con alguien que tenga el mismo “entendimiento” que tú.

¿Qué hacer entonces? Si la economía no te permite el desplazamiento a la capital y con capital me refiero a Chueca, no a la ciudad que le da por culo a tu pueblo, porque el ambiente en esa pequeña capital tampoco es para tirar cohetes. Si tampoco dispones de mucho tiempo para encontrar un lugar de ambiente que no sea “cutre” y te sobra tiempo para dedicarte al ligoteo sin temor a meter la pata y que una hetero te haga una cara nueva, pues entonces no tienes más remedio que acudir a lo que se ha denominado como la nueva revolución sexual, no, no, no estoy hablando de la viagra, eso es para viejos que no tienen fuerzas para izar la bandera, estoy hablando de Internet, considerada como la solución a todos los males o la panacea de unos pocos.

Y entonces empezamos la selección, antes las páginas de contactos eran bidireccionales, hombre busca mujer y mujer busca hombre, ahora hay más para elegir, creo que a eso se le llama igualdad de sexos, quizás lo próximo será hombre con perro busca hombre con perro para juntar los perros y criar animales de raza, poco falta, te lo digo yo. Pues eso, nos dedicamos a meternos en las páginas de contactos para conocer gente que sea de tu misma ciudad y eso si que entiendan, sobre todo que entiendan porque si no me voy al bar de al lado y termino antes, y ahí empieza el desfile de lo que se denomina raza humana y en el que un psicólogo en prácticas se frotaba las manos, te puedes encontrar de todo, desde la casada que quiere probar, hasta la que no sabe lo que quiere pero mientras tanto se liga a medio pueblo, la que lleva años con su novia pero le gusta tener una relación libre, hasta la que busca compañera para un trío, la que solo quiere tener sexo por teléfono, la que quiere cumplir la fantasía sexual de su novio y enrollarse contigo mientras él se la menea viéndoos, si eres una persona normal a la que le va la gente normal, que somos pocos pero estamos, te tienes que curtir a base de pequeñas sutilezas que te van indicando por donde van los tiros, y entonces empiezas a quedar con gente con tus mismos gustos, y encuentras a alguien, te deja, lloras, maldices, te cagas en las mujeres y sobre todo te replanteas cambiarte de acera porque te parece más fácil entender a un tío, pero vuelves a caer, conoces a más gente, te vuelves a enamorar, te desenamoras, la dejas, te lías con otras, hasta que con el tiempo tu pueblo y la capital que le da por culo a tu pueblo se te hace pequeña, y te vas a las grandes capitales, ahí te desenfrenas, sexo a tope, todos los días, te gusta, el anonimato, el pasar desapercibida, el sexo a que negarlo, la facilidad de ligar, pero con el tiempo, suspiras por tener una relación estable, alguien que te entienda, te apoye, te ame, te entienda en todos los sentidos y empiezas otra vez en los contactos, páginas y páginas, te replanteas incluso después de intentos fracasados el porque no piensas, alguien de fuera de tu capital, y te enganchas a una, te tiras horas y horas chateando con ella, la web hecha fuego, y vosotras también a través de la web, el teléfono se convierte en vuestro mejor amigo, y la compañía de servicios en quebraderos de cabeza para vuestra maltrecha economía, después alguien insinúa de veros, y otra vez a tirar de tarjeta, os conocéis, os gustáis, os engancháis más aún, meses y meses malviviendo del móvil, coche, Internet y sexo a distancia, que finalmente una de las dos, la más osada decide dejarlo todo y empezar de nuevo en otra ciudad, porque piensa que es más real una convivencia que un amor a ratos, y empieza la aventura de la convivencia, saldrá bien, saldrá mal? Mejor no pensar en eso y os aventuráis a lo que vaya sucediendo en el día a día.

Aunque claro para llegar a este punto hay que haber pasado por varias fases, el enamoramiento, las crisis de los celos agravados por la distancia, la inseguridad porque te entra el miedo a que la química existente a través de la pantalla desaparezca ante la física de los cuerpos y comprobar que la matemática resta en vez de sumar, si la suerte te sonríe y verla es comprobar que la realidad traspasa la pantalla entonces todo va bien y pasa lo que debe pasar, aunque también habrá que superar grandes escollos, el trabajo, la familia, los amigos, la ciudad, es difícil renunciar a todo aunque sea por amor, y algunas renuncias son más difíciles de asumir para la otra persona porque se suma la culpabilidad de tener que soportar ese peso si la relación fracasa. Pero seamos optimistas, y esperemos a que estas personas tengan dos finales, sea una nueva telenovela de éxito, o se casen y hagan bollería fina o se dediquen a una franquicia dedicada a las tortillas.

Yo no tuve suerte, la tendré? No lo sé, me encuentro cada loca en las páginas de contactos, que estoy pensando seriamente en o cambiarme de sexo o hacerlo de acera.


viernes, 22 de agosto de 2008

sex in the bed

En un espacio tan reducido como puede ser una cama, se puede ser inmensamente feliz, pero también triste cuando termina y el recuerdo se queda pegado a las sábanas, y la habitación se llena de tristeza, la ventana te llama, la lámpara de noche te guiña el ojo y la mesita de noche permanece inmutable, son objetos pero los observas con otros ojos como si hubieran quedado impregnados de ronquidos, sexo, gemidos, caricias, promesas, susurros, súplicas, y por más que limpies la habitación, cambies de sábanas, se ha quedado ahí como la fragancia de una flor se queda prendida un cierto tiempo a esas manos que la cortaron.

Pocos días han transcurrido desde que has vuelto a respirar en mis manos, muchas horas desde que te he vuelto a ver en posición horizontal, desde que he hundido mi mirada en la tuya, hundido mis dedos en tu sexo, hundido mi lengua en tu boca, hundido mis sueños en tu hombro, hundido tu cabeza en mi sexo, horas y horas de calma, de suspiros, de gemir, de placer, de miedo a volver a perderte, de querer hacerte feliz por encima de todo, de darlo todo a cambio de todo y de nada al mismo tiempo.

Y transcurrido eso, llega la cruz, el recuerdo de lo ocurrido, ese espacio en el que durante unas horas te di lo mejor de mi, y absorbió lo mejor de ti es un pequeño infierno porque me recuerda lo efímera que es la felicidad, ese espacio que huele a sexo, el tuyo, el mío, desprende sudor, de las dos, emana placer, significa insomnio para la superviviente, el olor al principio es evocador, te abraza, te produce ternura, con el tiempo se convierte en dolor y te obligas a lavar las sábanas y a intentar cambiar un poco la estructura de la habitación, pero las paredes son como espejos y te retrotraen a otras noches, noches increíbles, noches insomnes, noches cómplices, noches risueñas porque estabas tú.

Y te has ido, y te lo has llevado todo y me dejas vacía en ese pequeño espacio reducido en el que he sido inmensamente feliz.

Existen los ecos? Porque a veces creo que el roce de las sábanas susurran nuestros nombres.

jueves, 21 de agosto de 2008

citas

“El sexo forma parte de la naturaleza, y yo me llevo de maravilla con la naturaleza”
Marilyn Monroe. Actriz.
Con ese cuerpo que la naturaleza le ha dado yo también me llevaría de puta madre con ella, pero la naturaleza también se equivoca.

“El amor es la respuesta, pero mientras usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas”
Woody Allen. Director de cine.
Y mientras esperamos las respuestas a las preguntas nos hacemos unos solitarios, no te digo, hay que saber responder las preguntas porque si no puede resultar traumático.


“La habilidad para proporcionar el placer erótico nunca ha sido mencionada en ninguna esquela funeraria”
Cicerón. Filósofo romano.
¿Cómo que no? y qué significa habilidades sociales? Qué significa cuando el cura dice “polvo al polvo” y qué significa que en un esquela loen tus dotes para la lengua? Hay que saber leer la esquela entre líneas.

“El sexo es una emoción en movimiento”
Mae West. Actriz.
Emocionémonos juntas, futura manera de entrarle a alguien en detrimento del tan manido estudios o trabajas?

“El fetichismo se vuelve peligroso cuando detrás de las medias no se ve a nadie”
Lucía Etxebarría. Escritora.
Mujer, depende de que lo que esperes ver, peor sería que detrás de unas medias hubiera un hombre.

“El sexo es la broma más grande que Dios ha hecho a los seres humanos”
Bette Davis. Actriz.
Claro por eso la vida a veces es un chiste…. malo.

“¿Cuál es la diferencia entre un bar y un clítoris? Que cualquier hombre sabe encontrar un bar”
Sharon Stone. Actriz.
Por eso el cruce de piernas, para dar la oportunidad al género masculino de que aprendar a buscar en ese breve espacio de tiempo y el resto se vaya al bar a celebrarlo si lo encuentran.

“El punto G esta en el oído, buscarlo en cualquier otro lugar es una pérdida de tiempo”
Isabel Allende. Escritora.
Y digo yo si los sordos aparte de carecer de equilibrio tampoco tenemos punto G. Pues para eso mejor estar ciego, vas recta y encima disfrutas.

“La pornografía es un placer proletario. El erotismo es un pecado burgués.
Nagisha Oshima. Director de cine.
Por eso lo bueno está al alcance de tan pocos, el erotismo al poder, o el poder del erotismo, yo prefiero unas medias y una mirada o una pose picara antes que un mete y mete y mete y empecemos a sacar.

“El sexo solo es sucio cuando no te lavas”
Madonna.
Por eso para atajar la crisis y adolecer de una adecuada higiene, mejor una ducha juntas.

“El sexo sin amor es sin duda una experiencia vacía, pero como experiencia vacía es de las mejores”
Drew Carey.
Pues eso, me encanta el vacío existencial y postcoital eso si acompañada.

“¿Es sucio el sexo? Solo cuando se hace bien.
Woody Allen.
O sea que si le dices a tu pareja, joer nena, que polvo, que orgasmo, que uf, le estás llamando sucia? Con razón tiene mala fama la suciedad, eso si bien hecha.

“Solo existen dos cosas importantes en la vida. Una es el sexo, y la otra la he olvidado del todo”
Woody Allen. Director de cine.
Creo que la otra cosa que has olvidado muchacho es el dinero, para pagar lo que siempre recuerdas.

“El amor es cuestión de química, pero el sexo es cuestión de física”
Anónimo.
Y digo yo que la relación será matemática.


“Mi esposa es un objeto sexual: cada vez que le pido sexo, ella objeta”
Bob Hope. Actor.
Mejor que estar de florera, algo que objetar?

“Uno no aprecia las cosas de la escuela hasta que crece. Cosas como ser castigado por una mujer de mediana edad. Algo que los críos tienen gratis y por lo que los mayores estaríamos dispuestos a pagar un buen dinero”
Elmo Philips. Humorista.
Muy cierto, pero espera un par de años y cuando estés en un geriátrico intenta tocarle el culo a una enfermera y del cachete que te mete será como una regresión a la infancia.

“El sexo a los 90 es como intentar jugar al billar con una cuerda”
Camille Paglia. Escritora.
Para eso está la viagra, para tensar la cuerda.

sábado, 16 de agosto de 2008

fantasías (2ª parte)

Siguiendo el tema de las fantasías, en este caso, las pocas que he cumplido, porque cuando eres más joven las fantasías suelen ser más suaves, más acordes con las expectativas, más fáciles de conseguir, más sencillas, vamos que no son para tirar cohetes, pero al menos algunas cumplí, la primera fue hacer el amor en un lugar público, ya se sabe el morbo que da que te pillen en plena faena, lugar muy público como puede serlo la Biblioteca de una gran y anónima ciudad, custodiada por una guardaespaldas un par de metros más allá sentada en una gran mesa vigilando los que entraban y salían, la miré la volví a mirar y cuando sus ojos fueron en dirección contraria a dónde estaba mi humilde persona, de los servicios de chicas en un par de zancadas me colé en el de los tíos, (era mi época hetero, y disfrute como una guarra, bueno como una enana) me tiré encime de mi novio de entonces y literalmente lo empuje contra la puerta, y nos subimos encima y armamos follón, nos llamaron la atención golpeando la puerta y nosotros les contestamos con más jadeos, salí a hurtadillas pero me pillo la segurata, me sonrió y me guiño el ojo, pero no me volví a atrever a intentarlo, al menos estando ella.

Otra de mis fantasías ya se sabe, era hacerla con uno de color, por eso de la fama que tienen en cuanto a tamaño, pero no era de color, más bien mulato y la tenia pequeña, (sonrisa maliciosa) creo que el porcentaje restante se fue a cierta parte de su anatomía, en fin, al menos lo intente, y el rollo con el quedo para los anales de lo estrambótico, al menos me enrolle con un desconocido en el tren, nos metimos en el aseo (si, vale tengo fijación por esos sitios) y allí intercambiamos nuestros números y otras cosas.

Estuve a punto de participar en un intercambio de parejas, salimos con unos amigos en plan copas, y nos entró una pareja de novios que por lo visto a la chica le había gustado mi chico y yo a él novio de ella, y en plan de broma nos entraron yo les seguí la broma porque pensé que se trataba de eso, pero en cuanto el chaval me puso la mano encima y la chica le toco el culo a mi chico, empezaron a caer ostias, se enzarzaron los machotes en una pelea que los tuvimos que separar, y ahí se acabo, vamos que ni hablar de compartir, a mi me dio igual, como fantasía está bien pero realmente no quise.

También estuve a punto de participar en un trío, estando en el ambiente con mi chica de entonces, se nos acercó un tío y nos propuso hacer un trío, nos reímos en su cara y le dijimos que nos bastábamos y sobrábamos solas pero que nos lo volviera a preguntar dentro de un año que a lo mejor le hacíamos un hueco, se fue cabreado.

Y hacerlo en la playa, desnuda en el agua, apoyada encima de una roca haciendo de pared y llegar al orgasmo mientras las olas te golpean y sigues el ritmo para acoplarte mejor a él, eso es fantástico también, una fantasía pueril, pero placentera, o que te hagan un streptease con la canción de “sex” de George Michael, estoy hablando de hace años, o alguna de Madonna que también es ideal para estas ocasiones., o jugar al strip poker un grupo de amigos e ir quedándote en bolas mientras vas perdiendo y hacer burradas para recuperar prendas.

Pero mi preferido sigue siendo aquella vez montada en la moto, a bastante velocidad y yo manoseándole y él haciendo lo propio mientras intentaba no perder el equilibrio, que aún no me explico como pudimos llegar sin hostiarnos, ya digo que le juventud es peligrosa y la mejor época para hacer locuras.

Quien sabe, si en un par de años habré cumplido otras de mis fantasías, nunca se sabe, eso es lo bueno de la vida que siempre te sorprende.

O como la de la foto, tener una pareja que de vez en cuando y de improviso te saca el lado salvaje y te hace disfrutar como nunca, la dr. jekyll del sexo

viernes, 15 de agosto de 2008

fantasías

La mayoría de las personas sienten un cierto rechazo a contar sus fantasías sexuales, bien por que es algo demasiado intimo o bien por temor a ser juzgados de forma negativa, ser tomados por obsesos sexuales o que crean que son unos pervertidos, el sexo es un tema que sigue siendo tabú para ciertos sectores y personas, en este caso influye mucho la educación y la actitud de los demás, casi todos suelen decir un par de fantasías que quedan bien, se dice lo típico, hacer un trío, pillar a mi novia masturbándose y ver como lo hace sin que ella me vea, o a los vecinos, eso del voyeurismo, el trío, son fantasías demasiado típicas, o hacerlo con uno de color por el tópico de que la tienen grande o por la fama de ser buenos folladores, luego a lo mejor cardan lana, pero ese es otro tema, o también que te dicen follarse a la Watling o a otra actriz buena, la Jolie por ejemplo en la playa y tal, venga, eso es una ñoñada, luego entre los heteros la fantasía que suelen confesar es la de ver a dos tías enrollándose, lo tienen fácil no tienen más que ir a un sex shop y alquilar una película, pero hay fantasías que son las que decimos y otras que son las que nos guardamos.

Mis fantasías sexuales pues, la verdad cuando era más pequeña fantaseaba con que me violaban, lo pasaba mal, me excitaba en el momento y los orgasmos eran impresionantes pero luego me entraba una culpabilidad y pensaba que era anormal lo que sentía, la verdad es que la fantasía es eso, fantasear que no significa que quieres que te pase o te gustaría que ocurriera, otra de mis fantasías, en este caso común es la de hacer un trío, un tío y una tía, probablemente llegada la hora de la verdad me fuera corriendo o me acostaba con la tía mientras el tío se queda con un palmo de narices, una de mis fantasías recurrentes es ir a un sitio de masajes, que me hagan uno y que mientras me lo está haciendo descubro asombrada que las caricias suben de intensidad y duración y que sus manos recorren lugares recónditos de mi anatomía para terminar las dos encima de la tumbona o que me lleva a un jacuzzi donde estamos las dos solas y nos dejamos llevar, o bien otra de mis fantasías es entrar en un ascensor donde hay una mujer atractiva, que se paré el ascensor y durante un tiempo largo ella se ponga histérica y yo al intentar calmarla acabamos las dos enrollándonos, mis fantasías son básicamente normales y probables de que ocurran algunas de ellas, y bueno otra de mis fantasías consiste en que me aten y me peguen y me muerdan y me insulten y me humillen, pero realmente no creo que me gustaría llegado el momento, porque sólo es un instrumento de mi mente para excitarme.

Y como decía una de las chicas de “sexo en Nueva York” “Algunas mujeres fantasean con un hombre que tenga apartamento en Nueva York y montones de acciones. Yo sólo quiero un bombero que tenga la manguera grande”

Yo al menos he cumplido un par de fantasías, pero eso en el próximo post,
Disfruten del sexo que ya viene el sabadote, un polvete viene y se va.

miércoles, 13 de agosto de 2008

calores

Y no sólo los que acompañan a este mes en la costa, sino los calores internos, esos que te entran cuando ves algo que te estimule, excite.... vale, no estoy hablando del café, sino de los estimulos visuales que hay en todos lados, playa, plazas, televisión, etc etc, o será que yo como dice el titulo soy bollo y estoy caliente, y riáse la gente que yo voy siempre caliente.

A mi el sexo me interesa, lo justo vamos, no es que esté salida (creételo guapa) pero es imposible concentrarse en la playa, con tanto top less, y una no es de piedra, el otro día sin ir más lejos en la playa mientras caminaba no pude evitar que mis ojos siguieran la trayectoria de un buen par de melones, arriba y abajo ritmicamente mientras caminaba y mis ojos pues se movian igual, no sé que sonrisa perversa y viciosa ilumino mi cara, pero la propietaria de esas dos maravillas me miró con cara tipo, ah que llamo a mi novio, y te cruza la cara, y digo yo, para que las enseñas? para que la gente como yo nos llevemos una alegría, y hablando de pechos, es algo que no entiendo, los tios mucho hablar del tamaño, de la forma, textura, de lo que le ponen, para luego ir directamente a la parte de abajo y pasan de esas dos protuberancias que es lo que más llama la atención de una mujer, qué pasa? que hablar de ellas es lo que les excita? para ellos esos son los prolegómenos? puede ser, pero no generalicemos, no todos los tios son iguales ni todos los tontos suspiran por un lápiz.


Por qué a cierta gente le incómoda hablar del sexo? para mi es algo natural, y a mi madre la acribillaba a preguntas cuando era más pequeña, mami, qué es una mamada? es que lo he oido en la tele, calla niña y no hagas preguntas, mami, qué es una puta? es que he visto en "Cabaret" que él se lo soltaba a ella? pues habrás oido mal me contestaba, en fin, que yo la acribillaba porque sinceramente me encantaba ver como lo pasaba mal y se apuraba.


A mi me encanta el sexo, más ahora que hace que..... pero eso es otro tema, quizás por eso esté más salida que el pico de una mesa, también me encanta la psicología y también hablaré sobre eso, escribiré mejor dicho sobre las cosas que me encantan, esto es comida, sexo, psicologia, mujeres, hombres, la vida, la muerte y hasta de la jubilación si queréis, que por mi no hay problema.


Tras esta presentación, me vuelvo al horno a ver si termino el trabajo, esto es, volverme más bollo aún si es que tal empresa es posible.


Nos leemos, próxima entrada "fantasias de una bollito", por ejemplo, estaría bien pegarse un festin de caramelos, como en la foto, u otras cosas de comer.